Acabo de leer esta escueta frase y sabio consejo en la etiqueta de un bote de crema de limón inglesa, y se me ha encendido una luz. Esto es precisamente lo que tengo que hacer tras un cabreo de muy señor mío, o bien cuando estoy a punto de explotar como lo haría un volcán; es decir cada vez que un capullo tonto, estúpido, imbécil, pedante e idiota me acabe la paciencia, lo cual no ocurre muy a menudo afortunadamente.
Suelo mantenerme alejada de esta clase de gente siempre que puedo, y tampoco los cuento entres mis amistades, pero ya sabemos que la vida siempre da con alguna manera de provocar un encontronazo. Obviamente son pocos los que poseen TODAS estas cualidades pero ALGUNOS, que le vamos a hacer, si. Que penita verdad.
Respecto a mí, soy alérgica tanto a la estupidez como a la pedantería, y cuando se juntan las dos soy un autentico peligro para la gente de mi entorno. Sabe Dios que soy una mujer paciente (disto de ser como el bíblico Job) pero sin falsa modestia, soy una persona con quien se convive fácilmente. No soy muy habladora que digamos, soy más bien una observadora y escuchar se me da muy bien.
Deberíais probarlo, creedme, es mucho mejor escuchar a la gente y menos frustrante también, La mayoría de las veces, la gente no presta atención a lo que se está diciendo y consecuentemente el resultado es que tenemos por lo menos dos conversaciones que van por caminos diferentes.
De hecho, es un autentico milagro encontrar gente que hable tu mismo idioma, utilizando la misma frecuencia y el mismo léxico, pues hoy en día tenemos más bien tendencia a maltratar las lenguas.
No tenemos tiempo para una buena charla o una conversación y las tertulias son parte del pasado ya, algo que nuestros abuelos hacían. Hoy en día utilizamos SMS y emails en vez de nuestras voces para expresar nuestros sentimientos, nuestras sensaciones o nuestros puntos de vista para compartir las cosas.
Ayer noche, una amiga mía estaba hablando con su hija adolescente que se encontraba en el piso de arriba, con la "whatsup" una aplicación para blackberries y smartphones que permite enviar SMS gratuitos entre dos usuarios: pero no nos desviemos y dejemos el tema.
Estaba diciendo que es preciso "mantenerme en frio una vez abierta" y ayer fue un día redondo para la refrigeración. Tuve el gran placer de compartir mesa con unos comensales que reunían todas las cualidades mencionadas más arriba. ¿Ah que parece imposible? Pues es cierto.
Las viandas fueron excelentes, las vistas inmejorables y divinas: estábamos en medio de un mar de viñedos verdes, contábamos incluso con un magnifico cielo azul y un sol brillante y radiante brillaba por encimo de nosotros. Un paraíso terrestre... pero todo lo bueno tiene un final y nada es perfecto, así que la conversación fue un desastre.
Todo el mundo hablaba y comía a la vez, la gente tenía los modales de unos cavernícolas y todo aquello me iba recalentando: cuando estuve a punto de salirme de mis casillas, me levante murmurando que no quería más postres y preguntando quien quería cafés. Era la excusa perfecta para desaparecer en la cocina y serenarme.
¿Y sabéis que? ¡La nevera era demasiado pequeña! Pero no llego la sangre al rio ^_***