Como un pingüino en una playa tropical, es exactamente como me siento en esta precisa época del año.
Ni rastro de otoño, pero un largo e inacabable verano ya que el tiempo se resiste en dar a nuestros pobres cuerpos un merecido respiro; así que el sol sigue brillando con rabia, dándonos una idea muy clara de cómo debe ser el Infierno.
Pero, por supuesto, los turistas del hemisferio norte, siguen diciendo que “Esto es el Paraíso Terrenal”, que paradoja! Y mientras tanto yo sigo languideciéndome esperando sentir los primeros escalofríos de esta bendita estación que da paso al invierno: el Otoño!
Ya habrán adivinado a estas alturas que el otoño es mi estación preferida y si, adoro esta época en la que los arboles empiezan a revestirse de sus colores terrosos: que grandioso puede llegar a ser un paisaje entonces! Una explosión de rojos, rubíes, granates, amarillos, naranjas, ámbares, marrones, chocolates…
El cielo palidece y su azul se vuelve de un suave gris. La luz se difumina y el sol se calma. Los días son más cortos y las noches más frescas. Hay un perfume a tierra mojada en el aire, las temperaturas bajan poco a poco y las nubes se reúnen en el cielo mientras un viento fresco sopla, dirigiendo a la vez las ramas de los arboles en un melódico coro en boca cerrada .
La gente empieza a pasar más tiempo dentro de casa y las calles se convierten en desfiles de chaquetas, jerséis, bufandas, gorras, sombreros, guantes, botines, medias y calcetines…
Los que vivís en el Norte estaríais encantados de tener las temperaturas y el tiempo del que yo me estoy quejando y es por ello que VOSOTROS me hacéis sentir como un bicho raro, como este pobre diablo de pingüino en una playa tropical. Os pido disculpas, señores y señoras, pero me siento más cercana a los pingüinos que a los lagartos.
Por supuesto los españoles tampoco entienden mis EXTRAÑAS preferencias; es por ello que no me atrevo a hablarles de ellas ya que no tienen la más mínima idea de mi profunda desesperación…
Así que tras todas estas explicaciones y afirmaciones, podéis llamarme rara si os apetece pero no podré evitar sentirme como un pingüino en una playa tropical esperando su primer iceberg ^_***