¿Por qué hago tal afirmación y por qué Alcatraz? Simplemente porqué la isla es una pesadilla: suficientemente cerca para ver la bahía y suficientemente lejos para poder escapar nadando, o en una balsa o sobre cualquier cosa flotante, y ningún sitio donde poder esconderte, esto en caso de que logres fugarte y llegar hasta mar abierto.
Algunas veces me siento como los reclusos de esta prisión famosa en el mundo entero, prisionera de mi propia existencia, acorde con mi propia voluntad y aún así intentando no asfixiarme dentro de los muros de mi celda.
Un islote rocoso en la bahía de San Francisco, un edificio enorme con tan solo un embarcadero, el grito de las gaviotas y los aullidos del viento.
Algunas veces con una niebla tan espesa y con el olor tan fuerte del mar que te sientes mareado y perdido. Algunas veces tan nublado y lluvioso, pero vivificante y tonificante. Algunas veces tan tormentoso y tan aterrador, que tan solo deseo esconderme debajo de la cama, sintiéndome tan pequeña e insignificante.
Siempre asustada por la misma pregunta: “¿Qué esperas de la vida para TI, solo para TI, únicamente para TI?” ¿Y sabéis qué? nunca hay nada que quiera para MI, solamente para MI. Deseo cosas para los míos, salud, felicidad, amor… pero nada para mí.
Esto es algo realmente personal e intransferible pero aun así tengo que encontrar una salida, y tal vez plasmándolo negro sobre blanco ayude.
Tengo tanto miedo a volver a empezar que prefiero quedarme en esta isla ya que el simple hecho de encontrarme en una cascara de nuez flotando en el océano a merced de las inclemencias del tiempo, en un estado de levitación, viendo cómo van pasando las cosas, dejándome llevar por la corriente sin oponer resistencia me causa autentico pavor.
Algunas veces mi ansiedad es tal que soy incapaz de razonar, presa de pánico, luchando por sobrevivir: consciente de que estoy malgastando la más valiosa de las cosas que este mundo nos brinda solo una vez: La Vida.
Imagino que los reclutas de Alcatraz sentían lo mismo que yo. Era sin duda como traspasar la puerta del Infierno de Dante “Vosotros, los que vais a entrar, abandonad toda esperanza”, o bien como dice la conocida sentencia: “Rompe las reglas e iras a la cárcel, rompe las reglas de la cárcel e iras a Alcatraz”.
Creo que debí romper la más importante de las normas; no te engañes a ti mismo, no seas cobarde.
Y es cierto no hay nada peor que mentirse a uno mismo, ya que tarde o temprano nos damos cuenta de que tenemos que avanzar o bien recular.