30 May 2011

CEGUERA

-      “¡Nunca olvidaré tu voz!
-      ¡Y yo jamás olvidaré tu cara!”

Este pequeño intercambio de palabras me golpeo como un "uppercut"* la primera vez que lo escuché y sigue haciéndolo cada vez que lo leo.
¿Donde está la fuerza de este dialogo? ¿Como puede llegar a ser tan cortante, tan amenazador? ¿Por qué me cruza siempre la cara de esta forma?
He estado rompiéndome los sesos una y otra vez desde entonces, intentando encontrar una explicación para mi mente cartesiana y creo que la llave esta en el contexto.

Si lo desconocemos, estas frases bien podrían llegar a ser palabras de amor susurradas al oído. Pero no es el caso. Se trata de una amenaza, de una autentica amenaza.
Pertenecen al guion de la película “A ciegas” – del libro escrito por el Premio Nobel de Literatura en 1998, José Saramago- una obra conmovedora y una película muy dura que habla de la responsabilidad de tener ojos cuando los otros los han perdido.

Pero volvamos al significado de las frases. Empecemos por la palabra “cara”, una forma de identificación. Resulta más fácil, por lo menos para mí, recordar una cara que una voz, pero espera un momento, no se utiliza el verbo “recordar” se usa el verbo “olvidar” en su lugar. Así que cual de los dos es más fuerte: ¿recordar o bien olvidar? Son antónimos; el primero tiene el poder de la memoria, el segundo la pierde.

¿Qué ocurre con la palabra “voz”? Un sonido” Es fácil imitar una voz. La identificación es sin lugar a dudas mucha más poderosa que el sonido, ¿y qué pasa si los personajes del dialogo son ambos ciegos? Qué pasa si reescribimos las frases de la siguiente manera:
-      “¡Siempre recordaré tu voz!
-      ¡Y siempre recordaré tu cara!”
La amenaza sigue ahí, y si encima sabemos que estamos hablando de ciegos que tienen dificultades de identificación, resulta más fácil entender de donde puede provenir la amenaza.
Lo raro del caso es que un ciego nunca se expresará de esta forma.
¿Como podría utilizar una expresión que se refiere a la vista y a la identificación? “¡Nunca olvidaré tu cara!”

Déjame confesar algo: yo soy una mujer miope, muy miope incluso, y consecuentemente puede resultarme más fácil imaginarme hasta qué punto puede llegar a ser horrible la ceguera, no solo para los invidentes de nacimiento, pero también para las personas que pueden quedarse ciegas.
¡Oscuridad! Imagino la ceguera como una falta de luz, por lo tanto la asocio con lo oscuro. ¿Pero si resulta que esta ceguera es blanca, como cuando nos deslumbra una luz, una luz exorbitante, algo tan blanco como la leche?
¿Y qué pasa si todo tu entorno se vuelve ciego? ¡Impensable! ¿Y qué pasa si resulta que eres tú la única que puedes ver? ¡Terrorífico! La única condenada a ver cuando nadie más puede hacerlo.

Cierra tus ojos e imagina la situación: no más caras, no más colores, no más diferencia entre el día y la noche, la perdida de la noción de tiempo, la imposibilidad de encontrar las cosas, no solo los objetos, pero también cosas intangibles como puede ser encontrar una salida, la dificultad de moverte entre miles de obstáculos, tus manos y tu voz siendo tus únicas herramientas. ¡Esta es mi descripción de la palabra pesadilla!

En mi opinión la amenaza, en este caso, proviene de la palabra “cara”: nuestra cara es lo que nos diferencia los unos de los otros, es nuestra identidad. Los ciegos solo pueden imaginarse las caras, mientras que un vidente puede llegar a verlas; no hay forma de esconderte incluso estándote quieto y callado, con la extraña sensación de sentirte observado e indefenso.

Así que llegados a este punto, déjame terminar mí escrito con la letra de Alan Parsons Project:
“Soy el ojo en el cielo que esta mirándote,
Puedo leer tu mente,
Soy el que dicta las reglas,
Tratando con locos
Puedo engañarte como a un ciego
Y no necesito verte más
Para saber que puedo leer tu mente.”

* golpe de abajo hacia arriba en boxeo


BLINDNESS

-      “I’ll never forget your voice!
-      And I’ll never forget your face!”

This short exchange of words hit me like an uppercut the first time I heard it and still does each time I read it again.

Where is the strength of this dialogue? How can it be that sharp, so threatening? Why does it smash my face that way?
I have been racking my brain over and over again since then, trying to find an explanation for my Cartesian mind and I think that the context is the key.
Unaware of it, these sentences could as well be lovers words, whispered to somebody’s ear. But it is not the case. It is a threat, a real threat.

They belong to the script of “Blindness” – from José Saramago (1998 Nobel Prize for Literature) novel – a very poignant book and a very rough movie… who talks about the responsibility to have eyes when others have lost them.

But let’s come back to the meaning of the sentences. Let’s start with “face”; a means of identification. It is easier, for me at least, to remember a face rather than a voice, but hold on a second, they do not mention the verb “remember” they use the verb “forget” instead. So which one is stronger: to remember or to forget? They are antonyms; the first one has to power to memory, the second one loses the remembrance.

What about the word “voice”? What about a sound? A voice is easy to imitate. Identification is doubtlessly more powerful than a sound, and what if the two characters of the dialogue are both blind? What if we rewrite the sentences that way:
-      “I will always remember your voice!
-      And I will always remember your face!”

The threat is still here, and knowing we are talking about blind people who have problems to identify, it is easier to understand where the threat comes from.
The oddness is that the blind will not express themselves this way.
How can they use an expression referring to sight and identification such as: “I will never forget your face!”

Let me tell you something; I am a shortsighted woman, a really shortsighted one, and consequently it might be a bit easier to me to imagine how terrifying blindness can be, not only for people who are born blind but also for those you can go blind.

Darkness! I imagine blindness as a lack of light, thus dark. But what if it is a white blindness, like being blinded by a light, an exorbitant light, something as white as milk?
And what if everybody around you goes blind? Unthinkable! And what if you are the only one who can see? Terrifying! The only one sentenced to see when nobody else can.

Close your eyes and imagine the thing: no more faces, no more colors, no difference between day and night, the lost of time notion, the impossibility to find things, not only objects but intangible things such as to find one’s way, the difficulty to move with thousand obstacles in your way, your hands and your voice being your only tools. That is my description of a nightmare!

In my own opinion the threat, here, comes from the word “face”: our face is what makes us different from one another, it is our own identification. The blind can only imagine faces as a sighted person can see them; no way to hide even quiet and in silence, the weird sensation of being observed and weak.

So let me put an end to that post with the lyrics of Alan Parsons’ Projects:

I am the eye in the sky, looking at you
I can read your mind
I am the maker of rules,
Dealing with fools
I can cheat you blind
And I don’t need to see anymore
To know that I can read your mind”.