10 Jul 2011

LA LLAMADA TELEFONICA

Me resistía y al mismo tiempo estaba deseosa de hablaros de Albert. Finalmente me he decidido, así es que voy a compartir con vosotros, con todo mi amor hacia él y su esposa, Carole, su historia.

Aquí va el primer capítulo:
Me parece que todavía fue ayer cuando nos dijo que deseaba presentarnos una persona muy importante para él, y con este motivo planeaba organizar una fiesta con todos sus amigos. Estábamos en verano, era el mes de agosto para más precisión.
Me sujetaba por los hombros, en un gesto que era muy suyo, cuando nos confeso a mi marido y a mí que desea presentarnos a su hija.

¡Fue un shock tremendo! Algo realmente inesperado, ya que por aquel entonces nos conocíamos desde hacía diez años y jamás habíamos oído hablar si quiera de ella.
Lo mire directamente intentando encontrar algo en sus ojos que confirmase el hecho de que se trataba de una broma, de que estaba bromeando, pero no, no era el caso, hablaba muy en serio. Así que solo pude repetir en un susurro “¿tu hija?”. Fue entonces cuando se nos acerco una sonriente Carole, su esposa durante 25 años. Albert le cogió la mano y añadió “Si, eso es, mi hija” y la preciosa Carole asintió.

Así que Albert siguió contándonos la historia de su hija.
“Tenía 18 años cuando me enamore por primera vez. Ella tenía diez años más y era nuestra recepcionista alemana en el hotel que llevaban mis padres en la playa. Estábamos locamente enamorados el uno del otro, nuestras noches estaban llenas de pasión y de risas, pero un buen día desapareció sin ninguna explicación, sin dejarme si quiera una simple nota.
Le pregunte a mi madre que había pasado, y me contesto que había decidido volverse a Alemania. ¡Aquello no tenía ni pies ni cabeza! ¡Aquello era imposible!!!
Tenía 18 añitos y mi mundo se hundió conmigo en el fondo del océano con su inesperada desaparición.

Terminé mis estudios, conocí a Carole, nos casamos y me fui de España para vivir en Londres, donde como bien sabéis seguimos residiendo.

El invierno pasado, el día antes de Navidad, sonó el teléfono y conteste yo. La voz al otro lado era una voz femenina. Mi interlocutora me hablaba en castellano. Empezó preguntándome si era Albert N., si mi cumpleaños era el… y si estaba llamando en Londres. Yo estaba sorprendido y mi curiosidad crecía con cada una de las preguntas que me hacía.
Nuestra conversación llego a un punto en que me puse algo brusco diciéndole que no me gustaban esta clase de bromas, que estaba invadiendo mi intimidad llamándome a casa y que exigía saber quién demonios era ella.
Se hizo un silencio al otro lado, tras el cual, me dijo en un tono alto y claro: “Soy R…, la hija de R… ¡y tu eres mi padre!”

Caí sentado en el suelo, incapaz de hablar, mareado y le colgué”



THE PHONE CALL

I was reluctant and wishful at the same time to talk about Albert. Finally I have made up my mind and thus I am going to share with all my love towards him and Carole, his wife, his story with you.

So here goes the first chapter
It still looks like it was yesterday when he told us that he wanted to introduce us to a very important person, this was why he was planning to organize a party for all his friends. It was summer, August to be more precise.
His arm was lying around my shoulders in a gesture which was quite usual to him, when he confessed to my husband and I that he wanted to introduce us to his daughter.

That was a shock! Something quite unexpected as we knew him for almost ten years at that time and have never heard about her during all those years.
I immediately stared at him trying to find some clues in his eyes to confirm the fact that it was a joke, that he was kidding, but no, it was not the case, he was really serious. This is why I was just able to repeat in a whisper “Your daughter?” And then Carole, his wife for more than 25 years, joined our little group, smiling and Albert took her hand and said: “Yes, my daughter” and beautiful Carole nodded.

So Albert kept on telling us the story of his daughter.
“I fell in love for the first time at 18. She was 10 years my eldest and was our German receptionist at the hotel my parents ran on the beach. We were madly in love with each other and our nights were full of passion and laughters, but one day she disappeared without any explanation, without leaving me a single word.
I asked my mother what was wrong and she just told me that she had decided to go back to Germany. That was nonsense! That was impossible!!!
I was 18 and my world and I sank into the depth of ocean with her unexpected and silent departure…

I finished my studies, met Carole, got married to her and left Spain for London, where we live as you know.

Last winter, the day before Christmas, the phone rang and I answered it. The voice at the other end was a female one. My speaker was addressing me in Spanish. She started asking me if I was Albert N., if my birthday was … and if she was calling London. I was puzzled, and my curiosity and surprise were growing with each question she was asking me.
Our conversation came to a point when I was rude to her, saying that I didn’t like that kind of jokes, that she was an intruder calling me at home and that I wanted the know who the hell she was.
There was a silence then at the other end of the line and then she said in a clear and loud voice: “I am R…, the daughter of R…, and you are my father!”
I fall on the floor, speechless, dizzy and I put the receiver down.”